recordar a viejos amigos,
la música inundando mi cuarto
y las letras saliendo de mis dedos.
Es difícil dejar la bohemia por la realidad,
es duro guardar la vieja amiga de madera,
de tirar a la basura la clásica pluma
y la libreta quedarse debajo de cientos de papeles de pagos.
Cambiar las playeras y los jeans
por los sacos y corbatas,
de que te llamen por tu nombre
por el título de licenciado, doctor o profesor.
Extrañaba el sabor del ron,
de un pequeño lapso de libertad
recordando los sueños que quedaron en el olvido,
o en el fondo de algún vaso perdido.
Antonio Sánchez.
29-Abril-2010