Padre, ¿hace cuanto tiempo que no te escribo algo?, ¡¿hace cuanto tiempo que dejé de escucharte como a menudo lo hacía?
Hace algunos años dejaste de ser mi cómplice de varias noches de desvelos, hoy como aquellas noches volviste a ser mi confidente, mi amigo, mi compañía en estos momentos, siempre con tus complejamente sencillas palabras, con tu pregonar acompañada de tu amiga; pero te faltó escribir una última canción, y sabes a lo que me refiero, siempre callabas de algo que sabías que
no podrías lograr. Ahora lo entiendo, sé el dolor que vivías, ya que igual que tu estoy viviendo por lo mismo; Padre Abel, estos son los momentos en los que me gustaría coger el teléfono, poder marcarte y preguntarte ¿Cómo lograbas superar esto? Igual y te perdías entre Sabína, la música, tus libros de fantasía, de mitología, !qué se yo!
Me he dado cuenta que en verdad no existen los héroes, o más bien, no sabemos serlo, porque decidimos ser un poco más allá de eso, y porque no tuvimos la fortuna de completar la misión.
Padre, espero que en un futuro no muy lejano pueda imaginar nuevamente, volver a sentir magia, volver a sonreír como hasta hace poco volví hacerlo, aunque fue sólo un instante.
Padre gracias por recordarme varias frases de Benedetti que en estos momentos has de estar platicando con él y compartiendole tus rolas.
GRACIAS MAGO.
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