Un día de estos beberé nuevamente café
y me hará sumergirme en recuerdos de aromas,
añorar los besos, caricias y promesas
que el tiempo y la vida hicieron olvidar.
A cada trago de café en la oscuridad
me pone a pensar en dar un paso adelante
o cincuenta hacia tu fantasma,
buscarte entre sueños o en el mar.
Miro el color de mi bebida,
semeja tus ojos, hasta con ese brillo
que en cualquier momento
hace uno bajar la guardia.
El calor de la taza en mis manos
se transforma en un frío recuerdo
el sabor cambia y deja de ser un simple café
por convertirse en un licor que me embriaga.
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