miércoles, 4 de septiembre de 2013

Reflexión

Ya han pasado más de 2 años 8 meses desde mi última relación formal. Durante todo este tiempo he buscado algo serio, una relación que me pueda satisfacer plenamente, desgraciadamente no he encontrado alguien quien valga la pena e incluso, pienso en diversas ocasiones que mi matrimonio fue un error. Muchas veces recuerdo con cierta nostalgia relaciones pasadas y me di cuenta de muchas cosas, que en algún momento no llegué a valorar esas parejas; es ahí cuando mi mente me lleva a esos momentos buenos y malos que pasé con algunas personas que valen la pena. Hoy en día es más complicado el simple hecho de poder generar una interacción como solía hacerlo, soy más cuidadoso, más desconfiado.

Recuerdo que hace unos meses en una plática alguien me dijo: "Baja tus expectativas de pareja, pides mucho" puede que así sea, pero hace tan sólo unos días otro amigo me dijo: "No bajes tus expectativas, porque si no es la indicada, volverás a sufrir". Ambos en parte tienen razón, es complicado bajar las expectativas de lo que se quiere con una pareja, pero se debe tomar en cuenta que igual nunca se llega a lo idóneo.

No sé en que momento fue en mi coraza se volvió cada vez más rígida, en que momento he alejado más a la gente que acercarla. Es difuso y complejo el entablar una relación.

Hoy no es el mejor momento para poder recibir el clásico aliento de: "ya llegará a su tiempo", cuando es el tiempo, que poco a poco y cada vez más se vuelve mi enemigo silencioso.

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