En un momento después de haberte tenído un instante contigo, de generar una comunión de almas, de poder haber tocado el cielo de 2 formas, tanto terrenal, como espirtual en el cerro del norte; regreso de un gusano blanco que se arrastra por encima de la tierra, que me hace llevarte con los tuyos, pero sé que eres mía, porque no hemos firmado un papél, pero hemos firmado con nuestros besos un pacto aún más profudo.
Estoy en el circulo insurgente, indulgente, intranquilo, inerte, que ni el humo del cigarro me permite despejar mi melancolía, tragandome con mis ojos las lágrimas de una partida nuevamente momentanea; ¿Porqué cada instante que me alejo de tí comienzo a llorar como un niño? ¿Porque cada vez que te veo partír, es como millones de alfileres sobre mi corazón?
Ahora, estoy dentro del gusano naranja, tratando de retardar aún más lo inevitable... el llegar a casa y estar en una completa soledad, donde solo tengo dos ángeles quienes me cuidan y me protegen, pero aún así me siento solo, aún rodeado de tanta gente, aún cuando aveces mi sonrisa me muestre lo contrario, me siento solo, vacío, con la necesidad de llenar mi casa con sólo una sonrisa tuya, con sólo una pequeña caricia, con tan sólo un abrazo que en estos momentos me hace falta...
"... ¿cuando vuelves? para arreglar la casa, ¿cuando vuelves? para cambiar la sábana por si vienes..."
Adriana Santiago sonando en mi celular en el trayecto hasta la casa, prendo los parlantes de mi ordenador y sigo escuchandola, es inmensa esta soledad, y más cuando en todas partes tu aroma aún prevalece en el aire, en cada rincón de este espacio, tu imagen, tu escencia está ahí, te siento, te veo, te sonrío... Estoy enloqueciendo, mis lágrimas comienzan nuevamente a brotar, es inevitable, me recuesto sobre la cama donde dormiste, es tan fuerte tu presencia que me gana entrar en un sueño profundo, tan profundo que no escuché el timbre de mi celular, pero reconozco ese sonido; -"Débe de ser ella"- y así fue, un mensaje, un pequeño descanzo, una ligera sonrisa, pero comienza nuevamente el circulo... la espera... una espera que será de 14 largos días y la historia volverá a repetirse.
Estoy en el circulo insurgente, indulgente, intranquilo, inerte, que ni el humo del cigarro me permite despejar mi melancolía, tragandome con mis ojos las lágrimas de una partida nuevamente momentanea; ¿Porqué cada instante que me alejo de tí comienzo a llorar como un niño? ¿Porque cada vez que te veo partír, es como millones de alfileres sobre mi corazón?
Ahora, estoy dentro del gusano naranja, tratando de retardar aún más lo inevitable... el llegar a casa y estar en una completa soledad, donde solo tengo dos ángeles quienes me cuidan y me protegen, pero aún así me siento solo, aún rodeado de tanta gente, aún cuando aveces mi sonrisa me muestre lo contrario, me siento solo, vacío, con la necesidad de llenar mi casa con sólo una sonrisa tuya, con sólo una pequeña caricia, con tan sólo un abrazo que en estos momentos me hace falta...
"... ¿cuando vuelves? para arreglar la casa, ¿cuando vuelves? para cambiar la sábana por si vienes..."
Adriana Santiago sonando en mi celular en el trayecto hasta la casa, prendo los parlantes de mi ordenador y sigo escuchandola, es inmensa esta soledad, y más cuando en todas partes tu aroma aún prevalece en el aire, en cada rincón de este espacio, tu imagen, tu escencia está ahí, te siento, te veo, te sonrío... Estoy enloqueciendo, mis lágrimas comienzan nuevamente a brotar, es inevitable, me recuesto sobre la cama donde dormiste, es tan fuerte tu presencia que me gana entrar en un sueño profundo, tan profundo que no escuché el timbre de mi celular, pero reconozco ese sonido; -"Débe de ser ella"- y así fue, un mensaje, un pequeño descanzo, una ligera sonrisa, pero comienza nuevamente el circulo... la espera... una espera que será de 14 largos días y la historia volverá a repetirse.
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